Por Soledad Gonzalez Alemán
Liderar en los tiempos que corren es todo un desafío, lo cual no significa que sea imposible, pero sí requiere del aprendizaje de herramientas relacionales y de gestión emocional que podríamos decir que ya no son optativas. Ser líder es crear vínculos fértiles con las personas que integran nuestro equipo, se trata de poner en juego valores y criterios intangibles. La empatía, la escucha activa y la confianza no son hechos objetivos, son habilidades que le dan forma al misterioso mundo de la comunicación y determinan los logros más destacables así como los fracasos más estrepitosos.
Hacer visible lo invisible es una de las tareas de quien lidera. Es decir, expresar mediante palabras lo que es necesario expresar, manifestar emociones de forma sincera, habilitar en los equipos el canal del diálogo para lograr conversaciones generativas. Hacer visible lo invisible tiene que ver con aprender las herramientas del lenguaje que nos permitirán lograr respeto, reconocimiento, validez. Para ganarme la confianza de mi equipo es necesario poner en práctica maneras de hablar, tener una buena gestión de mis emociones y de mi corporalidad, comprender qué hay maneras de expresar que me alejan de las personas y hay maneras de expresar que me acercan.
Ponerle el cuerpo al liderazgo es algo del orden físico, no es solo la predisposición mental, es estar en movimiento con una actitud 100% pro activa. Se trata de coordinar acciones, hacer propuestas y pedidos, mirar a los ojos, escuchar sin interrumpir, hacer preguntas para hacer pensar al otro, hacer silencio cuando sentimos que la pausa en las palabras le habilita un puente a la empatía. Como también se trata de frenar el pensamiento cuando la escalera de inferencias que hacemos de alguna situación nos lleva al abismo, a la angustia o al desconcierto.
La pregunta es el gran abrecaminos del liderazgo. ¿Y si en vez de afirmar, de sacar todo el tiempo conclusiones, de desparramar prejuicios, nos preguntamos? ¿Y si en vez de hablar sin parar me detengo a escucharme? ¿Qué líder quisiera ser? ¿Qué líder necesita mi equipo?
El primer paso es cambiar uno de los pensamientos que tenemos acerca de la comunicación. La comunicación no es una transmisión, no somos máquinas, ni sistemas. No "volcamos" mensajes en ningún lado. Somos seres humanos, con tres dimensiones en acción constante: cuerpo, mente y emociones. La comunicación es un ritual que construyo con el otro y con los otros, es el puente que nos acerca a las metas que nos motivan y nos impulsan a ser cada día mejores.
Soledad Gonzalez Alemán es comunicadora y coach organizacional. Integra el equipo de profesores del programa de coaching en Dar Comienzo.
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