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Liderazgo mas allá de la estrategia

Liderazgo más allá de la estrategia: El sentido como motor del viaje.

Por Dani Elhelou.




Artículo publicado por Ambito Financiero


En el vertiginoso mundo empresarial actual, la estrategia, los modelos de negocio y la innovación tecnológica suelen acaparar la atención como los pilares del éxito. Sin embargo, una nueva perspectiva, impulsada por la visión de la próxima generación de líderes, nos invita a replantear esta ecuación. Las empresas no fracasan por falta de planes brillantes, sino, cada vez más, por una alarmante escasez de humanidad y propósito en su liderazgo.

"¿Para qué comprometerme si nada cambia?" Esta frase, que resuena en muchos equipos, es un síntoma claro de la falta de propósito que transmiten algunos líderes. En tiempos de robótica e inteligencia artificial, paradójicamente, las empresas necesitan líderes más humanos que nunca.

Una reciente investigación que llevé a cabo con mis alumnos universitarios y de posgrado, quienes representan la futura fuerza laboral y el liderazgo del mañana, confirma esta idea. Sus respuestas a la pregunta "¿Qué valoras de un buen líder?" revelan una clara priorización de cualidades humanas: comunicación efectiva, empatía, integridad, coherencia y la capacidad de fomentar la colaboración y el crecimiento. Estas características superan ampliamente la valoración de la mera visión estratégica o la capacidad de imponer directivas.

Esta generación intuye que una estrategia, por más brillante que sea, carece de la fuerza para inspirar y motivar si no está impulsada por un liderazgo que conecte con las personas a un nivel profundo y les brinde un sentido trascendente.

¿Cuáles son las consecuencias de esta "escasez de humanidad"? El exceso de control y la falta de comunicación empática generan desconfianza y malentendidos, desconectando a los empleados de los objetivos de la empresa. Las empresas se preocupan por retener talento con beneficios, cuando la clave podría estar en crear entornos de confianza. No se pueden construir grandes equipos con "control, premios y castigos", sino diseñando proyectos con propósito en climas de confianza.

Un liderazgo centrado únicamente en la rentabilidad, carente de integridad y coherencia, erosiona la moral y la credibilidad, desmotivando a los colaboradores. Ignorar las necesidades individuales y no fomentar el crecimiento profesional conduce a la fuga de talento y dificulta la atracción de las nuevas generaciones, que buscan un trato humano y un propósito que trascienda lo económico.

Entonces, ¿cuál es la solución? Las empresas deben abrazar un liderazgo que priorice la humanidad. Esto implica fomentar la escucha activa, la empatía genuina, la comunicación transparente y el desarrollo integral de los empleados. Ejemplos concretos incluyen:

  • Implementar programas de mentoría para apoyar el crecimiento profesional.

  • Crear espacios de diálogo abierto para que los empleados compartan sus ideas y preocupaciones.

  • Promover la flexibilidad laboral para atender las necesidades individuales.

  • Reconocer y celebrar los logros del equipo, no solo los resultados financieros.

Las empresas que adoptan este enfoque no solo construyen equipos comprometidos y motivados, sino que también impulsan la innovación, la resiliencia y el éxito a largo plazo.

En definitiva, la estrategia es el vehículo hacia los objetivos organizacionales, pero la humanidad es el motor que impulsa el viaje.


Dani Elhelou

CEO

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